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FILOSOFÍA PERSONAL, METAFÍSICA Y MIXTA

Actualizado: 27 dic 2021

Introducción

La filosofía, así como el resto de las ciencias sociales y exactas, no escapan al avance y progreso histórico, el devenir de la humanidad le exige a la filosofía que se renueve, se actualice. Es por ello que las diversas licenciaturas en filosofía deben generar un nuevo perfil de egreso, el del filósofo profesional, para ello es necesario cambiar el plan de estudios, agregar materias, quitar otras y claro, modificar algunas ya existentes como la de Introducción a la Filosofía, que tiene un desarrollo histórico y no está orientado a la labor profesional del filósofo.

En este libro ofrecemos una propuesta propia, desarrollada a partir de nuestra experiencia en el despacho de filosofía, esta iniciativa es sobre una nueva Introducción a la filosofía, a la profesional dirigida a aquellos licenciados en filosofía interesados en innovar la profesión filosófica.

Motivaciones

La filosofía se puede dividir de acuerdo a diversos criterios, por ejemplo, si tomamos como criterio diferencial a los periodos históricos de la filosofía, podemos dividirla entonces de manera histórica, si en cambio tomáramos como criterio a su objeto de estudio, podremos entonces hacer divisiones por ramas filosóficas, si fuera por sus fundadores tendríamos una división por escuelas o sistemas de pensamiento, con estos ejemplos basta para comprender que dependiendo de nuestro enfoque o criterio, será la división y subdivisiones, a estos enfoques les llamamos Criterios de agrupación.

Iniciaremos nuestra primera división de la filosofía tomando como criterio de agrupación las motivaciones del estudiante de filosofía que decide (o está pensando) en inscribirse a una facultad de filosofía, ya sea en nivel licenciatura, posgrado, algún curso, taller, seminario o diplomado. Reconocemos aquí dos motivaciones, una personal y otra general, social, universal o comunitaria.

Filosofía personal.

La filosofía es muy noble y generosa, nos permite responder a inquietudes personales pasa así tener una mejor calidad de vida, al menos desde el punto de vista existencial. Las personas que buscan una filosofía de este tipo, están motivados por afectos personales intensos como la melancolía, la nostalgia, algunas tristezas diversas, depresiones, problemas para generar relaciones afectivas, dificultades para relacionarse socialmente, etc.

Estas personas es muy probable que hayan intentado antes encontrar respuestas en otras áreas como la psicología o la religión, y consideran a la filosofía como su última opción y tienen la esperanza de hallar en ella las respuestas que tanto buscan,

Lamentablemente será muy difícil que las encuentren ya que las facultades de filosofía no están diseñadas para resolver Crisis existenciales, sino para formar a docentes, investigadores y divulgadores de metafísicas (filosofías generales)

Estas personas irán desertando de la carrera, en ocasiones desde el primer semestre, y lo malo no es que se salgan de la facultad, tampoco que sus crisis no hayan sido resueltas, sino que es muy probable que estas se hayan incrementado, no solo por haberse encontrado con que la filosofía es mucho más compleja de lo que creían, sino además por el hecho de haber agotado su última opción, aunque eso no sea verdad.

Terminan con un mal sabor de boca de esta bella profesión, pero el problema no es la filosofía, sino las diferencias entre los enfoques y perspectivas del estudiante, de sus compañeros, y sobre todo, de sus docentes.

Es importante que las facultades detecten a este tipo de motivaciones, pues sus intereses son distintos a los de otras, no es algo muy complicada, bastaría con una pequeña entrevista exploratoria que le permita a los administrativos encargados de la admisión reconocer a las personas que están motivadas por encontrar una filosofía personal, por resolver sus crisis existenciales o las de sus seres cercanos, los docentes podrían entonces realizar sus planeaciones académicas con mayor precisión, reconociendo y aceptando que no todos sus estudiantes tienen la misma motivación, pero no por eso debemos dejar que abandonen la facultad, porque con un sistema de enseñanza basada en el reconocimiento de las motivaciones de los estudiantes, podremos reorientar ese impulso en nuevos filósofos profesionales, que al haber resuelto sus crisis personales tendrán una sensibilidad empática ideal para la consultoría o para la terapia filosófica. Es como el estudiante de medicina que eligió esa carrera para sanar a algún ser querido, o para evitar perdidas similares.


Y cómo podríamos reconocer a estos estudiantes. Si bien no pretendemos iniciar una psicología, hemos observado que los filósofos personalistas cuentan con características muy marcadas, características cognitivas y conductuales que incluyen timidez, inseguridad, voz baja, participan poco, llegan a faltar a clases o se salen de ellas a la mitad, constantemente titubean entre seguir o salirse de la carrera, son introspectivos, anotan sus preguntas pero no las comparten, se integran a grupos pero tratan de pasar desapercibidos, temen que sus participaciones los dejen indefensos pues las correcciones o críticas de sus docentes les afectan a nivel personal.

Aquellos que por su resilencia permanecen e incluso logran concluir su carrera, consideran que la filosofía es más un arte que una ciencia, la ven más del lado de la poesía, la libre expresión, etc., más que una disciplina académica formal, rigurosa, experimental, etc.

Debemos reconocer que hasta la fecha, las facultades de filosofía no están diseñadas para generar empleados u obreros, sino profesionales con un alto compromiso social y que mejor manera de enseñar esta vocación que por el ejemplo mismo. Si los docentes dejan de enfocarse en los contenidos tradicionales (históricos) y mejor lo hacen en generar filósofos profesionales, que a partir de sus experiencias de vida generen filosofía nueva, personal, humana y contextualizada, no sólo mantendremos a estos estudiantes, no solo aumentaremos la matrícula, sino que estaremos propiciando la generación de nuevos profesionistas, personas que se integren de manera orgánica a un mercado laboral que no sólo les de a ganar recursos económicos, sino que, los más importante, ayuden a restablecer la salud mental-cultural de la sociedad que tanto lo necesita.

Filosofía metafísica.

No olvidemos que dividimos (o agrupamos) a la filosofía en dos, toca ahora analizar la segunda, La filosofía metafísica o general si lo prefieren. Esta filosofía, parte del sujeto en tanto que individuo, pero eleva su condición personal a lo general, pretende entonces sistematizar los procesos racionales, lógicos, conceptuales, en una palabra, los filosóficos para resolver los diversos fenómenos sociales y culturales que producen malestares existenciales en las personas.

Para reconocer a estos estudiantes observemos que tienden a estar generalizando, expandiendo las fronteras contextuales para llegar a la mayor cantidad de sociedades, fenómenos y culturas posibles.

Su pensamiento sea caracteriza por ser sistemático, por centrarse en develar los procesos cognitivos detrás de cada filosofía, son racionalistas, meticulosos, suele llamarles la atención la erudición y una de sus metas es la publicación de sus textos, no por una vanidad o en aras de riqueza, sino por una sensación de estar cumpliendo con su sentido existencial.

Les gusta participar, no sólo en clases, también en congresos, conferencias, mesas, etc., están abiertos a innovar en actividades como laboratorios de pensamiento, cafés de filosofía, etc.

Son precisos, le dan mucho peso al lenguaje, a reconocer y mostrar las falacias o errores al inferir, a las referencias bibliográficas, es decir, consideran que la filosofía más que arte es una ciencia, una disciplina académica rigurosa, precisa, son muy críticos y en ocasiones molestan a los demás por su exagerada exigencia por el uso correcto de los términos.

Consideran como factor fundamental comprometerse con uno o máximo dos autores, estudiarlos a profundidad, aclarar sus conceptos, explicarlos y divulgarlos, disfrutan la docencia, la investigación y la publicación. Aunque la mayoría de las veces se muestran renuentes a ver a la filosofía como algo más práctico.

Este tipo de estudiante no tiene grandes dificultades para graduarse, llegan incluso a incorporarse rápidamente a algún posgrado o a la docencia. La mayoría de nuestros docentes son de este tipo.

Bonus: Un tercer tipo de filosofía

Si bien sólo mencionamos dos tipos de filosofía, existe un tercer tipo, una combinación entre las anteriores, a esta le llamamos Filosofía Mixta.

Esta filosofía se caracteriza por reunir elementos de las dos anteriores, podemos encontrarnos con estudiantes que, ya sea que su motivación sea personal o social, su desarrollo profesional es diverso, disfrutan la docencia así como la consultoría, se les ve cómodos trabajando solapa o en equipos, no se especializan en la escritura, prefieren las prácticas discursivas, tratan de innovar las clases de filosofía con proyectos o actividades lúdicas.

No se especializan en un autor, sino que dominan de manera aceptable a muchos de ellos, esto debido a que suelen criticar las obras o los autores tradicionales, son muy críticos y no se toman las críticas de manera personal, suelen cambiar de perspectivas y enfoques, lo que los hace ideales para la consejería filosófica. Y como docentes suelen ser carismáticos y conectan mejor con jóvenes que con adultos. Por eso suelen ser muy buenos líderes de proyectos de Responsabilidad social o de Prácticas filosóficas. Gracias a su experiencia como docentes (que adquieren rápidamente, es posible que incluso antes de terminar su carrera ya estén dando clases) la consultoría filosófica se les da muy bien, pues la terapéutica filosófica tiene sus principios en la enseñanza.


Si bien disfrutan tanto el discurso en vivo como el escrito, llegan a preferir uno sobre el otro. Su erudicción es básico, redefinen conceptos, los actualizan y prefieren una filosofía ecléctica. Este tipo de estudiantes no tienen problemas para graduarse, y como suelen ser muy activos, se incorporarán rápidamente al ejercicio docente, equilibrando su empleo con prácticas filosóficas como videos para su canal, conversatorios en línea, cafés de filosofía, ponencias y congresos.

Resumen

Como hemos visto, el reconocimiento propio de nuestras motivaciones, nos hacen mejores estudiantes, nos permite tener una mejor experiencia de aprendizaje y seguramente nos dará claridad sobre qué hacer al graduarse.

Los docentes se beneficiarán pues podrán sistematizar sus procesos de enseñanza bajo el reconocimiento del tipo de lenguaje y actividades a realizar, no se trata de darle gusto a todos pero sí de incluirlos.

Las facultades requieren de mantener o mejor aún, aumentar la matrícula estudiantil, y la causa número uno de deserción en las facultades de filosofía, es la sensación de no estar a la altura, de no tener los conocimientos o las habilidades cognitivas, y el origen de esta sensación es la invisibilización del estudiante por parte de la institución, como dijimos, no se trata de darle gusto a todos, pero si de reconocer sus diferencias motivacionales que le permitan aprender a su ritmo, cumplir con sus expectativas, y lo más importante, volverse los filósofos académicos y profesionales que nuestro país necesita.

En mi caso personal, nunca olvidaré una frase que escuché el primer día de clases: “en esta facultad, preparamos a los próximos pensadores de México”. ¿Lo notaron? No dijeron los próximos docentes, o los próximos escritores, sino los próximos pensadores. Si logramos ser pensadores antes que docentes, seremos excelentes profesionistas, ya sea dentro de un aula o detrás de un escritorio, ya sea calificando ensayos o escribiéndolos, tanto en la investigación como en la práctica, esa es nuestra visión del futuro del filósofo titulado.

Acerca del autor

Filósofo profesional con más de 10 años de experiencia como consultor, asesor y terapeuta filosófico, egresado de la Facultad de Filosofía Samuel Ramos de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, docente de humanidades en diversas universidades de México. Socio director de la empresa de servicios filosóficos, educativos y culturales FILOS SFP


FILOS SFP

Grafito 68, La Colina, 58140

Morelia, Michoacán, México,



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